
Ruralidad es descanso: olvidarse de horarios y del tráfico. Que las agujas del reloj vayan al ritmo que tú quieras. Ruralidad es un cielo nocturno cuajado de estrellas. Ruralidad es autenticidad. Ruralidad es arquitectura popular. Ruralidad es lugares que cuentan una historia. Es cultura, es tradición. Es descubrir las raíces en una palabra pronunciada con otro acento o en una receta local. Todo eso es lo que puedes encontrar en Bochorna, donde está nuestra casa rural Las Encinas y el cortijo Camaretas, hoy reconvertido en dos casas rurales. Una pequeña y tranquila aldea, situada a seis kilómetros de Yeste, , entre bancales, y montañas, donde los pocos vecinos que la habitan practican una agricultura extensiva dedicada prácticamente al autoconsumo.
Su topónimo significa lugar donde se levanta el aire caliente del estío, ya que está situada en una ladera de solana a los pies de la Microrreserva de Monte Ardal (1458 m de altitud). Frente a ella se sitúa, en la ladera de umbría, la aldea de la Umbría del Bul. Y a un kilómetro otra pequeña aldea llamada la Moraleda. Las tres aldeas se recuestan al sol en el valle de los Simancos, un valle intermedio entre el del río Segura y el del río Tus. Pese a su nombre, el verano no es excesivamente caluroso, es el típìco de la Siera del Segura, en las noches de agosto suele refrescar y, a veces, hay que ponerse la chaqueta y abandonar las mesas de terraza.
En invierno, al estar en una cota media-alta es frecuente que nieve. Abajo te dejamos una foto de nuestra casa rural Las Encinas con una ligera capilla de nieve. Aunque las nevadas cada vez son más escasas y durante menos días. Nada que ver con las nevadas de 50 cm a 1 m que recuerdo en mi niñez, que dejaban a la aldea incomunicada durante una semana y a los niños felices por no tener que asistir al colegio durante ese tiempo, que luego se hacía eternoHoy, al haber más quitanieves, que a los forasteros les parecen pocas, ya nada es igual. No penseis venir aquí para libraros del trabajo o el cole, ¿eh?
La primavera suele ser espectacular con las diferentes tonalidades de verde y la explosión floral del mes de mayo y el inicio de las tareas agrícolas de los pocos vecinos en sus huertas, pasado el letargo invernal. Con temperaturas suaves. Y el patio de la casa rural Las Encinas empieza a vestirse de flores y brotes tiernos y verdes de las melocadias. Los sedum y aloe vera empiezan a perder el “rubor” que en sus hojas puso el frío.
En la aldea los pocos vecinos, gentes amables, sencillas y hospitalarias, comparten charlas y recuerdos del ayer y de la vida en la sierra con los visitantes que se alojan desde finales de los noventa en las casas rurales Las Encinas o en Camaretas, un cortijo a 600 metros de la aldea, recuperado para ofrecer alojamiento turístico. Nuestra casa Las Encinas abierta en 1999 debe su nombre a las viejas encinas que la rodean, estas carrascas nutren de bellotas a los jabalíes y ciervos en los otoños e inviernos. A los viajeros les gusta verlos, pero son una pesadilla para las huertas vecinales. y, a las afueras de la aldea, en un paraje de montaña conocido como Camaretas, las otras dos casas, Casas rurales Camaretas abiertas en 2007 se abren ante el Arroyo de los Simancos y a los pies del Monte Ardal tampoco se libran de la presencia de cabras y ciervos que remochan los brotes de olivos, almendros y de nuestras macetas… También nos visita Mansa, una zorrilla a la que los niños bautizaron tras una votación con ese nombre en las casas rurales Camaretas, pero que como también se acerca a la aldea de Bochorna allí tiene otro nombre.
Ya no quedan apenas animales domésticos, salvo los perros y gatos de los vecinos. Antes los vecinos cuidaban cerdos, gallinas, cabras…cuando empezamos con esto del turismo rural aún contábamos en casa rural Las Encinas con gallinas, a los críos les encantaba acompañarnos al gallinero, también la huerto, y yeguas. Y alguna que otra vez un potrillo. Furia era nuestra yegua y Xaya, Mico, Coco nuestros perros de aquellos años. En la actualidad Luna y Manchita nos hacen compañía. Pero nadie se salva de cumplir años, y los cuidadores envejecieron y hubo que vender, con tristeza, nuestros animales porque no solo no podíamos cuidarlos, sino porque era más que nada una ilusión, un capricho mantenerlos, y en absoluto una actividad rentable.
En el entorno hay un covachón en el que se encontraron algunos restos arqueológicos del neolítico, poca cosa.. Hoy, los niños son los que más la visitan, y suelen ser sorprendidos a veces por la estampida de las cabras montesas que se refugian en su interior en los días calurosos. Forma parte de la arquitectura popular un lavadero tradicional, conservado en buen estado, y un horno de leña para amasar pan está dentro del patio de casa rural Las Encinas. También la casa rural Camaretas tiene horno, hoy decorativo, en la antigua cocinilla de la matanza. El patio era el antiguo corral de las vacas del dueño de esta vivienda allá por los años cincuenta. Y en diferentes parajes pueden observarse los restos de las viejas caleras usadas por los vecinos para extraer cal con la que enjalbegar las paredes de sus viviendas. El patio de nuestra casa rural Las Encinas y alguna tapia, y fachada de alguna casa aún están encalado. Pero la cal ha sido desplazada por la pintura.
La aldea está situada en un lugar céntrico del término municipal de Yeste, cerquita del pueblo, donde están todos los servicios,lo que la hace ideal para programar rutas por la sierra de Yeste. En su entorno están señalizadas dos de ellas: la ruta 9 circular de las aldeas de Bochorna y la Moraleda y la ruta cicloturista 7, cuyos folletos les facilitaremos en nuestras casas rurales Desde ella se puede ascender hasta el Monte Ardal (1458 m) desde el que se divisa el extenso término municipal de Yeste y las crestas serranas de Moratalla (Murcia) , el colindante Parque Natural de las sierras de Segura, Las Villas y Cazorla, y la Sagra granadina.
La aldea vista desde el Pûntal de la Florida
Todo Podando una mimbrera Tejiendo calcetines.